Ideas para avanzar
Las técnicas de Yon Gallardo para potenciar los aromas en el helado
En Arte Heladero 216, el chef se centra en la infusión, una técnica en la que ha avanzado de forma notable.
Hay algunos helados que no se venderían lo suficiente si no están ligados a algún tipo de acontecimiento. Pero cuando lo relacionas con algo que conoces o admiras, consigues crear un vínculo emocional entre producto y cliente que te garantiza el éxito
Yon Gallardo forma parte de la tercera generación de una familia de origen italiano que procede de Rímini. Hereda el conocimiento culinario de su padre y la tradición heladera de su madre y una gran pasión por la experimentación de nuevas tecnologías (a menudo culinarias) que le permitan ir más allá en la expresión de su helado. Está dentro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (Anhcea) y en la actualidad es también delegado del Equipo Español que competirá en la próxima edición de la Copas Europea (2023) y del Mundo de Heladería (2024).
Buena parte de su trayectoria profesional transcurre estrechamente unida a la heladería familiar, Papperino Love & Gelato, que nace en Irún en 1994. Un establecimiento que evoluciona a buen ritmo cuando Gallardo se pone al frente del negocio en 2015. A partir de entonces empieza a acelerar la adaptación de la heladería a los nuevos tiempos, “buscando un concepto de helado artesano, natural y vanguardista”, explica.
Esta evolución lleva al heladero a subrayar el cambio generacional con la creación de un nuevo nombre para la heladería Papperino, que pasa a llamarse “Yon Gallardo”. De esta manera, remarca, “reflejo el camino que estoy recorriendo hoy en día, mucho más personal”. Una etapa que también da a luz una nueva marca de sus helados para la hostelería, Basqcream.
Por otro lado, Gallardo siempre ha concedido una gran importancia a las redes sociales, que se “hacen imprescindibles para poder mostrar a los clientes todo ese trabajo que se hace antes de subir una cubeta de helado al mostrador. Precisamente uno de los pasos significativos que he dado en los últimos años ha sido la socialización del trabajo del artesano, que muchas veces es desconocido para la mayoría de consumidores”.
En Arte Heladero 216, el chef se centra en la infusión, una técnica en la que ha avanzado de forma notable.
Desde el elegante nado de una mantarraya hasta un amor a primera vista o la reina de Prusia que dejó huella en Kaliningrado. Son algunos de los relatos que se pueden degustar en forma de cubeta, sorbete nupcial o postre helado, y que descubrimos en nuestro último número.
Probablemente no exista otro producto que encierre tanta carga de racionalidad, de un lado, y tanta emocionalidad, del otro; tantas tablas, porcentajes y parámetros en su elaboración, y tantos recuerdos de la infancia. Es la magia del helado.