"He querido ir más allá, buscando técnicas nuevas"

Que el mismo año en el que se cumple el 50 aniversario de la heladería familiar, Can Soler, coincida con la victoria del Campeonato de España de Heladería no pasa todos los días. Es lo que le pasó a Albert Soler, que resultó ganador en una competición que demostró un gran nivel, sobre todo en un podio que se completó con Adolfo Romero en segunda plaza y Martín Belmonte en la tercera. El certamen, que se desarrolló en Intersicop, el Salón Internacional de Heladería, Panadería y Pastelería, mostró un oficio que evoluciona en la alta competición, fuera de los límites que impone el obrador de heladería. Así crece y gana potencial en contacto con técnicas de la pastelería y la bombonería. El trabajo del mayor de los hermanos Soler abordó la civilización egipcia con innovadoras técnicas de decoración a través del glaseado a pistola, del aerógrafo, y tratamientos especiales con gelatina y polvo de oro para provocar el efecto visual de envejecimiento. El resultado fue un buffet final que se apartó de la estética habitual de estas competiciones. 

¿Qué ha significado para ti ganar este Campeonato de España?

Una alegría muy grande, un reconocimiento y una oportunidad para poder aprender gracias a que he salido de mi zona de confort. He querido ir un poco más allá, buscando técnicas nuevas. He utilizado técnicas que no son muy habituales en la heladería y que han sido bien valoradas y han aportado a un trabajo bien hecho, como los glaseados para pistola, el tratamiento de envejecimiento, etcétera. He introducido aspectos diferentes en la propia formulación del helado, como por ejemplo el trabajo con la emulsión de las grasas en los helados de chocolate y frutos secos para conseguir mejorar el sabor y la textura finales.

Esta victoria coincide con el 50 aniversario de la heladería Can Soler. ¿Qué más se puede pedir?

La coincidencia con el 50 aniversario es una gratificación doble. Para mí es un premio que ofrezco a mis padres como reconocimiento a su trabajo y a la transmisión de un oficio que queremos mucho.

¿Qué te ha impulsado a participar en varias competiciones en los últimos dos años?

En 2018 mi amigo Martín Belmonte me animó a participar en el Concurso Cattabriga & Anhcea al Mejor Sabor Nacional. Me hizo ver que las competiciones son un mundo aparte de lo que estamos acostumbrados los heladeros y que puedes aprender mucho, porque para preparar un buen trabajo se deben buscar cosas diferentes, maneras distintas de tratar el producto. Y esto me motiva mucho.

¿Qué crees que ha sido determinante en tu trabajo para imponerte al resto de candidatos?

Creo que he cuidado mucho la calidad del producto. Si es de tu máxima confianza es fundamental para conseguir el mejor resultado. También he vigilado que el helado estuviera bien equilibrado, que hubiera mucha armonía entre todos los componentes y, sobre todo, que estuviera en la temperatura óptima de consumo. Esto es básico y creo que no todos lo tuvieron tan en cuenta.

¿Qué ha sido la más difícil en tu preparación?

Poder compaginar momentos de máximo trabajo en la heladería con la preparación para el campeonato porque el calendario marcado eran potente y se debía hacer mucho trabajo y sin ningún tipo de fallo, en el tiempo estipulado. Gracias a los entrenadores que tuve pude superar este reto. Toda la familia ha aportado muchísimo para que pudiera estar aquí. En el obrador mi rendimiento ha bajado al 50% y esto lo ha tenido que asumir el resto del equipo, sobre todo mi hermano Carles. Y en las dos tiendas la parte más fuerte se la ha llevado mi mujer y esto ha sido lo más difícil. Nervios, tensión, reproches justificables…