El miércoles finalizaba una nueva edición del certamen Gelato Contemporaneo (GeCo), del 14 al 16 de septiembre en Módica, Sicilia. Con la “resaca” todavía de tener el privilegio de asistir a un acontecimiento relevante para la heladería italiana como éste, apuntamos algunas de nuestras más inmediatas impresiones en esta columna. GeCo ha reunido a cerca de una treintena de heladeros de toda Italia para ofrecerles una formación de alto nivel en la que también han conocido la cultura chocolatera de esta región siciliana. Y es que para nosotros este año han existido tres pilares fundamentales que han levantado la arquitectura de un evento muy especial, que refleja la personalidad de sus organizadores. Tres argumentos que han formado parte de todo lo que ha pasado estos días: la defensa de los múltiples caminos que se abren entre la chocolatería y la heladería; la creación de un espacio para el debate de ideas y de formas de entender la heladería; y, finalmente, mostrar y demostrar que el rigor, la autoexigencia y la calidad no son incompatibles con un ambiente distendido, dominado por la fraternidad. Y es que los organizadores, Andrea Mecozzi y Martina Imbesi, han puesto lo necesario para que los heladeros pudieran ser los auténticos protagonistas de GeCo.
La formación con Luca Bernardini, Loretta Fanella, Corrado Assenza, y tantos otros; las visitas a centros de producción y establecimientos históricos de Módica; y el concurso sobre la almendra de vanguardia han sido un buen estímulo para que el profesional se deje llevar por la innovación. Y es que el bagaje del comité técnico de GeCo, capitaneado por Gianfrancesco Cultelli, conoce bien las necesidades, inquietudes y el horizonte en el que se mueve la heladería italiana. El resultado de la ecuación no podía fallar, y no ha fallado. Todo lo contrario.