Editorial
Editorial Arte Heladero 191. La paleta, pieza de arte-sanía
El número incursiona en la vertiente artística del helado con aportaciones que abren nuevos caminos en el sector.
En la formulación del helado lo más importante es el punto de dulzor, la textura, la conservación… ¡y agua libre!
El joven pastelero colombiano Andrés Lara es en la actualidad Chef Creativo de la marca Cacao Barry en Canadá. Su pastelería y sus helados no dejan de ser el reflejo de un curriculum forjado por medio mundo, siempre en busca de nuevas experiencias, culturas gastronómicas e ingredientes. Es un auténtico trotamundos, con una trayectoria en países tan distintos como Estados Unidos, Singapur, China, Japón y Canadá. En Singapur profundiza en su rodaje en el postre en restaurantes como Iggys y Pollen, y en Hong Kong trabaja en Sweet Social, un bar de postres (Dessert Bar), situado dentro del Abeerden Street Social.
Por otra parte, la docencia siempre ha sido uno de sus caballos de batalla. Formado en The French Pastry School, con el tiempo ingresa como máximo responsable de la Chocolate Academy Centre de Tokyo, para continuar como Chef Creativo de Cacao Barry Canadá.
Es un pastelero versátil, que se maneja bien en cualquier registro dulce, desde la pastelería a los postres y el helado. Desde siempre ha mantenido una relación muy especial con el helado. No es solo un auténtico fanático de este producto, del que no deja de aprender ni un solo día, el helado es también el verdadero protagonista de sus postres y un puente que conecta texturas y sabores. Como en su pastelería, sus helados también están influidos por su etapa asiática, región en la que ha trabajado los últimos años. De ahí que presenten un dulzor limitado, gracias al empleo de azúcares que ofrecen texturas interesantes como la trehalosa y la inulina.
Sin embargo su verdadero punto fuerte es la creatividad en la presentación del helado, un apartado en el que sorprende en cada nuevo artículo con formatos e ideas comerciales sugerentes. Y lo hace a través de campos tan diferentes como el individual, el postre helado, la tarta helada y divertidas combinaciones con masas horneadas.
El número incursiona en la vertiente artística del helado con aportaciones que abren nuevos caminos en el sector.
Nuevos conceptos creativos, sándwiches helados con estampados personalizados, gelificados para un tutti frutti puesto al día, trampas visuales como formato de presentación y la reivindicación de las texturas rugosas. Así llega Arte Heladero 188 a través de 10 artículos y 162 páginas.
Cada vez son más los que se apuntan a una heladería pensada para todo el año. Una tendencia que hoy se ha vuelto más plausible gracias a profesionales que conciben el helado no sólo como un tentempié refrescante para matar el calor, sino como un producto de valor gastronómico.