Descubre la colección Sundae Bar de Mercedes Román: copas heladas inspiradas en postres
Tal como mostramos en Arte Heladero 217, Obrador Florida (Buenos Aires) cuenta en la actualidad con una innovadora oferta de postres en formato copa helada con propuestas muy heterogéneas. Referencias que giran alrededor de dos ejes conceptuales, cada uno de ellos con dos temas contrapuestos: Frutales vs Dulzores intensos y Exóticos vs Postres clásicos.
Fotos: Laura Macías / Estilismo: Loli Braga Menéndez
Helados con salsas y caramelos, chocolate y algo crujiente... Todos estos elementos en juego forman parte del concepto que tiene en mente Mercedes Román (Mecha) cuando habla de ‘sundae helado’.
“Desde el primer día, en Obrador Florida buscamos crear y recrear combinaciones gustativas y de texturas que sorprendan y expandan las posibilidades de los productos. Nuestra colección Sundae Bar es justamente eso, una propuesta lúdica con todo lo que esperamos encontrar en un postre: dulzor, acidez, belleza, fluidez, armonía y hasta un toque de sal. Una propuesta de postres helados en copas de alta gama”, explica.
2 ejes, cuatro conceptos
Román diseñó la propuesta bajo un doble eje conceptual ‘sabores frutales vs dulzores intensos’ y ‘exóticos vs postres clásicos’. “Son los 4 conceptos que están en la cabeza del público cuando viene a la heladería. Son como los lugares a los que dispara el cliente cuando escoge helados y tartas heladas, el casillero inicial a partir del que ordena su pedido. Son intenciones de compra que he ido detectando en estos dos años y medio casi tres que llevamos abiertos”, aclara.
Ejemplos del primer binomio son el sundae de piña colada, pero fermentada en los frutales, y dulce de leche y mascarpone fresco dentro de dulzores intensos. En el segundo binomio se encuentran referencias como sundae de maíz de Mar del Plata con grosellas patagónicas, en los exóticos, y el de selva negra, pero con suero de mantequilla en los clásicos.
¿Sorpresa, memoria, frescura o placer goloso?
Dentro de cada categoría se genera un efecto diferente en el cliente. Las exóticas provocan sorpresa, las clásicas conectan con sabores y combinaciones conocidos que llevan a la “memoria emotiva” (o emocional), las frutales transmiten fielmente la sensación de frescura en su estado más puro, y en las copas catalogadas como dulces más intensos el objetivo es que el consumidor disfrute al máximo del placer de lo goloso.
Pero más allá del efecto que provoque una u otra, el denominador común de todas ellas es que exista un juego de texturas que se traslade a un espacio tan reducido como el de una cuchara. “Dar una cucharada en la copa y llevarme gelificaciones, crujientes, cremosos, encontrar contrastes de temperaturas con productos fríos, calientes, sentir perfumes es una experiencia única... Con este formato apelamos a todos los sentidos en apenas un solo bocado. Es justamente algo que hace inolvidable una copa”, razona.
Descubre las recetas de estas tres creaciones en Arte Heladero 217
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