Me gusta sorprender, ir más allá y mostrar el croissant en otros ámbitos, como base crujiente de un postre con helado.
Desde que tomara las riendas del negocio familiar, la Pastisseria Vallflorida de Sant Esteve de Palautordera (Barcelona), Lluís Costa ha demostrado siempre una inquietud por realizar productos que sean reflejo de tres variables: la excelencia gustativa, la efectividad productiva y la rentabilidad económica. Pese a la dificultad que supone crear con esto en mente, este reconocido pastelero ha logrado importantes premios: el de Mejor Joven Artesano Innovador de Cataluña, dos segundos puestos en el Campeonato Nacional de Jóvenes Pasteleros (CANJOP) o el de Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España, en 2015. Precisamente, esta última victoria le ha servido a Lluís Costa para desarrollar toda una gama de productos de impulso que vienen a demostrar la versatilidad de esta masa, por ejemplo, utilizándola como original soporte de un buen helado de chocolate.
En el último número nos replanteamos los límites convencionales del sabor desde prismas muy diferentes. Uno de los más estimulantes es el de César Romero, quien invita a prescindir de los acentos lácteos en un helado que tiene las ventajas de textura y estructura de una crema blanca convencional, pero sin leche, leche en polvo ni nata.
