Paral·lelo lanza helados de edición limitada con sabores especiales y gastronómicos
Crisis como la del coronavirus sirven para aguzar el ingenio. Sólo hay que ver la propuesta de la heladería barcelonesa Paral·lelo de lanzar una edición limitada de helados gastronómicos. "La idea surgió en plena pandemia", explica Matteo Reggio, "cuando todo lo que vendíamos era a través de cajas térmicas que enviábamos con repartidores a casa de la gente. Notamos que en esta situación tan especial no había espacio para volver a vender nuestros sabores gourmet/diferentes/raros, pero sí que una minoría seguía pidiéndonos algo a nuestro estilo". Así nace esta iniciativa que, lejos de limitarse a un estado excepcional, va a seguir en el tiempo y evolucionar con el "diseño de etiquetas personalizadas con número de serie individual para reforzar la sensación de artesanía y exclusividad", añade.
De momento, Paral·lelo ha puesto a la venta tres helados de edición limitada: Parmigiano Reggiano de 36 meses de curación y escamas de chocolate 75% Claudio Corallo, que aporta grandes cantidades de triptófano, un aminoácido que genera buen humor y que regula el sueño; sorbete de chocolate Corallo 100% con infusión de cardamomo bio y extracto en frío de jengibre, y sorbete de fresas del bosque de la Unió de Maduixaires de Calella. Y muy pronto, avanza Reggio, van a trabajar con el yuzu con dos variantes (salvia y caviar).
Este formato, argumenta el heladero italiano, tiene muchas ventajas. Entre otras, "crear sabores extemporáneos con un ingrediente que hemos podido conseguir sólo en pequeñas cantidades, llegar a los límites utilizando materia prima que la gente no asociaría nunca con el helado, no preocuparnos del coste de producción porque cada edición tendrá el precio ajustado según esos 'gastos' y volver a proponer viejos gustos (revisados quizás y mejorados) que nuestros clientes siguen pidiendo y que por razones de cambio incesantes no nos da tiempo/espacio a poner a la venta otra vez". Además, todas las recetas están formuladas para que sigan teniendo una textura cremosa a -18ºC, la temperatura habitual de los congeladores de casa.
