Can Joan de s'Aigó abrirá su tercera heladería en 2018
Mientras buena parte del comercio tradicional del centro de Palma de Mallorca retrocede frente a las nuevas tiendas franquiciadas, locales históricos como Can Joan de s’aigó abre su tercera heladería en la capital balear. Según los medios de comunicación locales, como ib3tv y Diario de Mallorca, los propietarios han avanzado esta semana que tienen previsto poner en marcha un tercer punto de venta a partir de 2018. Se va a aprovechar el espacio que deja el antiguo bar Es Triquet que ahora ocupaba una cadena de moda, y que se encuentra alojado en un edificio modernista declarado de Bien de Interés Cultural (BIC), como un vínculo entre el establecimiento y las costumbres sociales de la isla. Tal y como se explica en estos medios locales, el edificio de Can Maneu fue proyectado en 1909 por el arquitecto Gaspar Bennàssar y fue declarado monumento nacional en la década de los noventa. El objetivo es recuperar la esencia inicial de la construcción.
Dicho espacio no había encontrado inquilinos por el elevado precio del alquiler, por lo que la familia Martorell, propietaria de Can s’Aigó, se enfrenta a todo un reto. Sin embargo si algo es habitual son las largas colas que se ven en sus otras dos heladerías, que forman parte del día a día.
Can Joan de s’aigó es un establecimiento emblemático de Palma, que nace en 1700 como una sucursal de las casas de nieve de la época. Entonces los campesinos comerciaban con la nieve y en los locales era un lujo consumir los primeros derivados del hielo, como las aguas heladas, que son los precursores del helado tal y como se conoce en la actualidad. Sin embargo con la llegada de la tecnología del frío esta actividad se extingue, menos en esta heladería y chocolatería.
La isla de Mallorca fue cuna de la comercialización de la nieve con fines terapéuticos en la Serra de Tramuntana y en Artà, zonas de alta montaña. Más adelante este producto, que había penetrado con normalidad en colmados y farmacias, comenzó a ser consumido de forma más general como el anticipo de lo que sería el helado. En esta tradición se inscribe Can Joan de s’Aigó, que inicialmente elaboraba bebidas a partir de la primitiva nieve. Algunas fuentes sostienen que se puede tratar de una de las primeras heladerías de Europa.
El establecimiento mantiene parte del mobiliario y baldosas antiguas, viejos artículos de obrador que ahora decoran la tienda y un letrero del XIX, que apenas se ha movido de su emplazamiento inicial.
La horchata de almendra, los helados de avellana, vainilla, chocolate, leche merengada y crema de café con leche (toffee), y los sorbetes de almendra, fresa, albaricoque (tan sólo los dos meses de verano) y de cava forman parte de la oferta.