Las catas de Aitor Otin muestran al público una heladería diferente

Libertad de creación y nuevas vías de participación del público general en la heladería son dos buenos motivos que han llevado a Aitor Otin a continuar con sus originales catas en la heladería Elarte de Huesca. La última, celebrada el pasado viernes 31 de marzo, volvió a acoger entre 10 y 12 personas y, a diferencia de la anterior, que se basaba en los sorbetes de vino y trufa negra tuber melanosporum, ésta giró en torno a los quesos. “Se probaron de menor a mayor intensidad”, queso fresco de vaca, requesón con miel, mascarpone, Idiazábal, queso curado de vaca francés, queso de pasta blanda de cabra y, “para terminar helado de carne de membrillo y queso de cabra curado”.  También se probaron otros helados y sorbetes no focalizados en los quesos, entre los que destaca un sorbete de garbanzo y cebolla dulce, “que no acabo de gustar demasiado”.

"Nuestra heladería es muy pequeña y no podemos acoger a más de 10 o 12 personas, casi siempre se queda gente sin poder venir y tenemos personas que han estado en las 5 que llevamos hechas. Estas personas han probado más de 60 sabores todos distintos, que no es fácil para nosotros…”, asegura Otin. Tal y como explica, la finalidad de las catas es enseñar la heladería menos conocida, basada en buena materia prima y “en la libertad de creación”, insiste. En esta ocasión no se contó con ningún cocinero o restaurante y además de las presentaciones habituales del helado, también se realizaron dos tapas, “las que hicimos en intersicop: trucha confitada con crema agria de yogur de oveja y sorbete de berenjena ahumada; y Crumble de cacao, toffe de Baileys, espuma de vainilla y helado de yema y trufa negra”.