Los nuevos troncos de Chartier hacen bandera de la Bretaña francesa
La nueva colección de troncos del MOF Glacier Alain Chartier bascula entre la Bretaña francesa y el exotismo de frutas y especias. El maestro heladero vuelve a recurrir a una decoración final muy figurativa que hace alusión a motivos clásicos de la Navidad, como los trineos, los ángeles de la guarda, etcétera.
En el primer bloque, dentro de las propuestas que se nutren de alguna manera de los productos y elaboraciones tradicionales de la pequeña gran patria de Chartier, se encuentran Bûche Cloud, Kouign Amann y Ange Gardien. En cambio, el acento más exótico viene de la mano de Rêve d'Exotique (sorbete de mango, lichi, pasión, fresa, bizcocho de nueces y éclats de nueces caramelizadas). Otros troncos que completan la colección son “Traineau des Neiges”, con forma de trineo (crema helada de casis-violeta, crema helada de vainilla, sorbete de lima y vainilla, dacquoise de lima y merengue de casis) y Bûche Perle d'Ange (tronco Perla de Ángel) (sorbete de frambuesa de Ronce, crema helada de chocolate rubio, y glaseado rojo brillante).
Entre los que dedican guiños más evidentes a la Bretaña francesa se encuentra Cloud, por ejemplo, que se compone de sorbete de granadina (licor elaborado con granadas), crema helada de vainilla de Tahití con almendras caramelizadas y crujiente de sablé bretón. Otro es el tronco Kouign Amann, una especialidad pastelera típicamente bretona que para la ocasión se viste con una crema helada de flor de sal, mousse de vainilla, tropezones de Kouign Amann, bizcocho de pasta choux y praliné feuilleté.
Finalmente, el Bûche Pâtissière Ange Gardien (tronco pastelero Ángel de la Guarda) tiene en su base un bizcocho de almendras y sigue con una compota de frambuesas de Ronce de Naizin (zona de cultivo bretona), mousse de chocolate con leche y caramelo, cremoso de vainilla de Madagascar y glaseado de caramelo.