El polo, fuente de inspiración del embalaje de diseño
Como otras tantas asignaturas pendientes en heladería, el diseño del embalaje todavía está en pañales. El foco sigue centrándose en la tarrina y en la estandarización de la oferta continúa siendo la norma. Hay camino por andar en la personalización del embalaje para que el packaging comience a reflejar la imagen de la heladería más allá del logo. Pero los colores que se emplean se siguen inspirando solo en los del helado; la tipografía y los materiales permanecen infravalorados.
Sin embargo, a juzgar por lo que se afirma desde blogs especializados en el diseño del embalaje (singulargraphicdesign.com y www.silocreativo.com) también se empieza a ver una pequeña evolución en los embalajes de los polos en los últimos tiempos. Uno de los casos más significativos es el proyecto piloto de la firma de diseño californiana Farm Design. Con el asesoramiento de la paletería norteamericana Sweet Clementines Pops y la imprenta Clear Image Printing, Farm ha creado unos originales embalajes para polos de una heladería ficticia. En realidad se trata de una estrategia de autopromoción de la agencia para demostrar a los clientes las posibilidades del envasado y hasta qué punto un buen diseño puede expresar la imagen de marca.
El diseño intenta captar la esencia del verano en un embalaje divertido, que quiere vender la idea de que el polo es un producto estrella. Las sofisticadas técnicas de impresión con gráficos inspirados en el Arte Pop (Pop Art) de los años 60, una tipografía diferente y colores que sobresalen del papel, saturados de azul, amarillo, verde y rojo, son nuevas maneras de llamar la atención a través del embalaje.