Su pasión por la pastelería le viene de muy pequeña, viendo a su madre y su abuela trabajando en su propio cáterin. Se forma en Venezuela como cocinera y mientras estudiaba empieza prácticas en el restaurante Alto del chef Carlos García de este país. En un evento coincide con la pastelera también venezolana Andrea Dopico, con quien se encuentra de nuevo en el Restaurante Terra (Hotel Alàbriga, S'Agaró, Girona), dirigido por Paco Pérez. Después pasa por el obrador de Albert Roca de Sant Croi para familiarizarse con la pastelería tradicional de Barcelona. Finalmente, recala en Selvática con Natalia Ramírez, donde descubre un mundo nuevo para ella. Aquí aprende que el helado puede ser más que un elemento en el postre. En su opinión, el helado que se propone en Selvática es innovador, inclusivo y exótico. Entender en toda su extensión y creatividad el trabajo que hay detrás de un gran helado se ha convertido en su gran pasión.