Un nuevo envase alarga la vida de los alimentos hasta un 20%
Una de las tecnologías emergentes en el campo de los envases alimentarios ha sido el desarrollo de materiales activos que actúan de forma positiva en el producto envasado. El centro tecnológico agroalimentario Ainia, con sede en Valencia, ha dado a conocer que lleva trabajando varios años en esta línea, para lograr que el envase no sólo sea una simple barrera, sino que incorpore funcionalidades específicas".
En este sentido, el centro está desarrollando un nuevo tipo de envase con materiales antimicrobianos especialmente adecuados para una mejor conservación de alimentos. Según se ha apuntado, "la incorporación de agentes activos en el material de envase previene el crecimiento de gérmenes, conservando durante más tiempo las propiedades del producto y evitando su deterioro".
En concreto, desde el centro tecnológico se afirma que ya se ha conseguido alargar la vida útil de una amplia gama de productos entre un 10 y un 20%. Entre los alimentos que se han visto beneficiados por esta técnica se encuentran la bollería, la panadería, los alimentos de IV Gama, los vegetales frescos, los productos cárnicos o el pescado. Todo un hallazgo al que se le está buscando ya aplicación a escala comercial.
Por otro lado, Ainia está trabajando otro tipo de envases que absorben el oxígeno cada vez que se cierran. De esta manera, se espera evitar la oxidación del alimento, conservándolo durante más tiempo. Esta técnica también ha dado buenos resultados en productos de bollería, pastas, quesos, frutos secos, y carnes y pescados curados o ahumados.
En este sentido, el centro está desarrollando un nuevo tipo de envase con materiales antimicrobianos especialmente adecuados para una mejor conservación de alimentos. Según se ha apuntado, "la incorporación de agentes activos en el material de envase previene el crecimiento de gérmenes, conservando durante más tiempo las propiedades del producto y evitando su deterioro".
En concreto, desde el centro tecnológico se afirma que ya se ha conseguido alargar la vida útil de una amplia gama de productos entre un 10 y un 20%. Entre los alimentos que se han visto beneficiados por esta técnica se encuentran la bollería, la panadería, los alimentos de IV Gama, los vegetales frescos, los productos cárnicos o el pescado. Todo un hallazgo al que se le está buscando ya aplicación a escala comercial.
Por otro lado, Ainia está trabajando otro tipo de envases que absorben el oxígeno cada vez que se cierran. De esta manera, se espera evitar la oxidación del alimento, conservándolo durante más tiempo. Esta técnica también ha dado buenos resultados en productos de bollería, pastas, quesos, frutos secos, y carnes y pescados curados o ahumados.
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