Los helados han reducido las grasas un 40% desde el año 2000, según un estudio

Según el informe “El I+D del helado y su influencia en el bienestar”, elaborado por expertos de la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de Madrid, el perfil nutricional de los helados ha mejorado de forma “sustancial” desde el año 2000. En concreto, los científicos han detectado reducciones significativas de grasa en la mayoría de ellos, reducciones que oscilan entre un 10 y un 40 por ciento.
Los autores han constatado además que se ha mejorado el perfil cualitativo de la grasa utilizada, disminuyendo el uso de las que son saturadas, las más perjudiciales para la salud. Asimismo, en el estudio, que marca una clara distinción entre los helados de base acuosa y aquellos de base láctea, se ha apuntado que a consecuencia de la menor presencia de grasas, ha disminuido el valor calórico de los helados. En este sentido, aunque la reducción calórica cambia según el helado, en uno de los productos tipo considerados se observó un 30 por ciento menos de calorías.
Otro aspecto que han destacado los nutricionistas es el incremento notable en el consumo de los helados de formato reducido, un crecimiento que va de la mano de otro fenómeno que se ha detectado en algunos casos: una reducción del tamaño en el formato estándar.
Al margen del análisis nutricional, el estudio también ha revelado que el perfil del consumidor no hace distinciones por sexo, siendo los jóvenes de 16 a 25 años los que consumen más helados, un consumo que disminuye conforme aumenta la edad. En el ranking de regiones por consumo, continúa siendo la zona de Levante donde se registra un mayor índice de aceptación del producto, al integrar más el helado en su dieta cotidiana durante todo el año, seguida de Cataluña y la zona Norcentro.
Este estudio, encargado por la Asociación Española de Fabricantes de Helados, ha contado con la participación de la catedrática en nutrición de la Universidad de Barcelona, María Carmen Vidal, del médico experto en nutrición, Jaume Serra, y del neuropsicólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, Francisco Rodríguez.